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Categoría: inteligencia-emocional

El silencio para disminuir el estrés y mejorar la energía y estado de ánimo.

Hay multitud de personas que perciben el silencio como una ausencia, quizás lo podríamos comparar con el ayuno, esa sensación de soledad que nos hace sentir que nos falta algo, en los casos en los que se interpreta de este modo ocurre que las personas tratan de mantener siempre un nivel de ruido a modo de compañía. Hay hogares en los que la televisión o la radio están conectadas permanentemente aunque no las estén atendiendo, ese ruido ambiental nos ofrece un refugio donde mitigar el sonido de nuestros propios pensamientos.
El silencio es importante.
El silencio inspira nuestras visiones más profundas y abre las puertas de momentos creativos en los que podemos conectar con nuestras imágenes y recuerdos internos.
El silencio permite una toma de conciencia acerca de nosotros mismos que aporta información relevante sobre como sentimos, pensamos y soñamos.
El silencio aclara las ideas, reduce la confusión, serena el alma y permite que las ideas se asienten o se posen con calma construyéndose y estructurándose.
Por todo ello el silencio aporta descanso físico, mental, sentimental y espiritual, permitiéndonos reponer fuerzas y energía para volver a la acción.
Busquemos por lo tanto momentos de silencio consciente, la naturaleza nos va a ayudar en esta búsqueda, practicar el silencio es conectar además de con nosotros mismos con el entorno. Para ejercitar el silencio en la naturaleza, podemos realizar un sencillo ejercicio en el cual detenemos los pensamientos y nos concentramos en las percepciones de nuestros sentidos, en las sensaciones que la naturaleza nos regala: el aire, el sol, el mar, la arena, la hierba, las nubes, el cielo… el tomar conciencia de estas sensaciones permitirá a nuestra inquieta mente alcanzar un momento de equilibrio y aumentar nuestra energía.
Además de estos momentos de descanso en la naturaleza también podemos practicar el silencio consciente en nuestro día a día, se trata de usar “gotas de silencio” que consisten en buscar a lo largo de la jornada momentos para disfrutar un minuto de silencio en cada uno de ellos, este sencillo ritual de breves silencios va a proporcionarnos una disminución del estrés y una mejora de la energía y del estado de ánimo.
También el silencio es importante para ofrecérselo a los demás, acompañar en silencio es muy difícil y sin embargo es muy valorado por la persona que sufre dolor o simplemente confusión. La escucha empática que tiene la intención de comprender tanto lo que se dice como lo que se siente, esa escucha que se practica con los oídos, con los ojos y con el corazón, esa escucha es la que se desarrolla desde el silencio.
Escúchame en silencio, acompaña mi pena o mi alegría, permíteme expresarme, dame espacio, comparte el silencio conmigo, vive en este silencio compartido momentos que no siempre necesitan palabras para existir.

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