Categoría: mobbing-acoso-laboral
Conocer, prevenir, afrontar...
Se define el Burnout o síndrome del quemado, por primera vez, en los años 70 por el psiquiatra Herber Freudenberger como un síndrome propio de los profesionales que trabajan atendiendo y cuidando a personas, se incluye a trabajadores voluntarios y profesionales del mundo de la salud, docentes, cuerpos de seguridad del estado, trabajadores sociales, etc
Las principales características de este síndrome son
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Un agotamiento físico y emocional, falta de energía, frustración, y sensación de falta de recursos personales para atender las situaciones que se generan.
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Una tendencia a la deshumanización o despersonalización respecto a las personas con las que se trabaja, se percibe como una insensibilidad o falta de empatía con una actitud cínica o demasiado crítica.
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Una reducción en la percepción de la realización personal que puede manifestarse con una sensación de fracaso y una autoevaluación negativa, infelicidad, insatisfacción...
Es muy llamativo el hecho de que se considera que este síndrome puede llegar a ser epidémico, es decir los afectados generan en los demás un contagio.
Las principales causas del síndrome del quemado son situaciones estresantes intensas y duraderas que propician un proceso de desgaste en el idealismo existente en las personas que trabajan con personas
Estas situaciones estresantes pueden proceder de la forma en que está organizado del trabajo, de las tareas o de la cantidad de trabajo, de un estrés laboral acumulado, de un entorno laboral hostil o de una situación de acoso psicológico o acoso moral. El Burnout o síndrome del quemado es una de las formas en las que pueden evolucionar las situaciones de estrés laboral.
El síndrome del quemado es un proceso progresivo que tiene distintas fases:
1. Fase de entusiasmo e idealismo con altas expectativas y gran consumo de tiempo y esfuerzo. Es posible que en esta etapa las personas no sean demasiado realistas, se ofrecen voluntarias para todo y no definen de manera adecuada sus límites. Existe mucha motivación interna lo que proporciona mucha energía durante un tiempo determinado.
2. Fase de estancamiento y agotamiento emocional donde no se perciben avances y se estima que el esfuerzo es muy superior a los resultados que se obtienen. Se van perdiendo el idealismo y el entusiasmo, se acumula frustración. Baja la dedicación y la implicación debido a la falta de resultados y a no alcanzar las expectativas fijadas, falta de energía y pérdida del entusiasmo, el tedio y el cansancio que conlleva la rutina del trabajo provoca que el individuo pierda el interés y cualquier sentimiento de satisfacción que pudiera tener.
3. Fase de apatía y despersonalización como mecanismo de defensa para evitar el aumento de los sentimientos de impotencia, indefensión, y desesperanza personal, hay una auto-evaluación negativa. Se paralizan las actividades habituales y se puede producir absentismo, abandono del trabajo e incluso un cambio de profesión. Hay una gran falta de interés por las personas del entorno laboral (compañeros, pacientes, clientes, alumnos, etc) que conlleva ausencia de empatía con ellas.
4. Fase de distanciamiento en la que se mantienen relaciones negativas dentro del entorno laboral y en la vida en general. Se abandona el interés por la realización personal, se asume que el trabajo no vale la pena y se deja de intentar cambiar las cosas que no funcionan.
Algunos síntomas de este síndrome son: baja autoestima, tristeza, irritabilidad, cinismo, frustración, aburrimiento, incompetencia, melancolía, pérdida del idealismo, cansancio patológico, autovaloración negativa, etc. Todos estos síntomas pueden ser leves, moderados, graves o muy graves, pudiendo las personas afectadas llegar a padecer adicciones, a sufrir un aislamiento social, y en casos muy graves incluso a tener pensamientos suicidas.
Las estrategias de afrontamiento requieren en primer lugar una toma de conciencia de la situación que se vive y después la puesta en marcha consciente y sistemática de conductas para intentar producir cambios.
Estrategias de afrontamiento del síndrome del quemado:
1. Estrategias centradas en propuestas o medidas para cambiar las situaciones externas en las que se desarrolla el trabajo diario. Se trata de analizar que se puede cambiar a nivel organizacional, a quien se le puede pedir apoyo o ayuda, quien más está en una situación similar, buscando medidas colectivas.
2. Estrategias que incluyen conductas orientadas a mejorar la capacidad interna de respuesta personal ante las citadas situaciones externas. Se trata de medidas individuales.
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Conductas centradas en lograr mejoras físicas (una alimentación más sana, un sueño más reparador, incorporar ejercicio a los hábitos de vida, aprender técnicas de relajación, etc)
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Conductas centradas en alcanzar mejoras cognitivas (para gestionar las procupaciones, reinterpretar, relativizar, contextualizar, herramientas para reducir los pensamientos recurrentes o rumiantes, etc)
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Centradas en mejoras de las relaciones sociales (tejiendo una red de apoyos) y la realización de actividades lúdicas para mejorar el estado de ánimo.
Puedes solicitar una sesión individual gratuita para conocer cómo funcionan las sesiones de Coaching y cómo te pueden ayudar a planificar estrategias de afrontamiento del síndrome del quemado.
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