Conocer, prevenir, afrontar...

Definimos la carga mental en el trabajo como la cantidad, calidad y complejidad de la información, el tiempo de respuesta y el entorno físico (ruido, temperatura, iluminación, ventilación), junto con la formación, motivación y personalidad del trabajador, incluyendo su edad y características psicosociales. La carga mental ha de estar proporcionada con la capacidad del individuo de hacer frente a la misma, cualquier desequilibrio entre las exigencias y las capacidades es fuente de estrés.

La fatiga mental se presenta como un desequilibrio entre la carga mental propia de un puesto de trabajo y la capacidad del trabajador de desarrollarlo. Este desequilibrio va a provocar disfunciones físicas y psíquicas junto con una disminución del rendimiento. La fatiga mental se vuelve crónica cuando se prolonga en el tiempo. Evaluar la fatiga mental requiere analizar el puesto de trabajo con las condiciones de trabajo y las tareas desarrolladas así como las repercusiones sobre el individuo, habitualmente son test de preguntas.

Factores que inciden sobre la carga mental y la fatiga mental:

1. Factores relacionados con las personas y con la forma de afrontar las dificultades de cada individuo, incluye la edad y el estado de forma física, la formación y habilidades, la capacidad de resiliencia, la inteligencia emocional, la adaptación a los cambios, etc

2. Factores relacionados con la tarea cantidad y calidad de la información manejada, responsabilidad asignada, peligrosidad de las tareas, contenido y complejidad así como el tiempo disponible para su ejecución y el ritmo de trabajo.

3. Factores relacionados con el entorno donde se desarrollan las tareas, iluminación, nivel de ruido ambiental, olores existentes, temperatura y ventilación de las zonas de trabajo.

4. Factores relacionados con la organización jerarquía horizontal o vertical, canales de comunicación, definición de roles, clima laboral, estilo de liderazgo, evaluación del rendimiento, trabajo en equipo, etc

5. Factores relacionados con el entorno personal del trabajador en cuanto a familia, amistades, nivel sociocultural, dificultades económicas, adicciones, circunstancias adversas, etc

Hay tres fases en el desarrollo de trabajos con carga mental que son

1. La percepción de la información, que nos llega a través de llamadas, mails, documentos, ordenes directas o indirectas, protocolos, indicadores, etc

2. La integración de la información que se refiere al proceso cerebral de la información externa recibida y que tiene que ver con los conocimientos previos, la experiencia y la capacidad del trabajador.

3. La toma de decisiones se concreta en la selección de una respuesta a esa información recibida, entre las distintas posibilidades existentes que provoquen el resultado deseado.

Algunas características de la fatiga mental a tener en cuenta:

• Existe una relación entre la fatiga mental y sus consecuencias sobre la salud provocando situaciones de absentismo laboral puntual o continuado.

• La fatiga mental es inversamente proporcional a la motivación interna del trabbajador que la sufre. Es decir los trabajadores menos motivados son más propensos a sufrir situaciones de fatiga mental como resultado de la carga mental de su puesto de trabajo.

• Hay determinados bloqueos o lapsus que son mecanismos de regulación del organismo frente a la fatiga mental, estos momentos pueden provocar disminuciones del rendimiento o ser fuente de errores que provoquen accidentes.

• Existen otras situaciones como la hipo-vigilancia que es un estado de bajo rendimiento de las tareas de vigilancia, la monotonía (que provoca somnolencia y disminución cardíaca) y la saturación mental que son tres estados similares a la fatiga mental, y comparten con ella la posibilidad de mitigar sus efectos realizando cambios en las tareas realizadas por el trabajador. También coinciden las 4 situaciones en que cuando desaparece la situación que lo causa desaparecen los cuadros sintomáticos asociados.

• Sufrir fatiga mental en el trabajo produce importantes problemas de salud en los trabajadores, siendo su consecuencia más directa el desarrollo de estrés laboral.

En función de la tipología de trabajo se deben establecer medidas preventivas de la fatiga mental para paliar los efectos adversos que puede llegar a producir. Por ejemplo:

• Mejorar el estado de salud del trabajador a nivel de alimentación descanso y ejercicio.

• Aumentar las habilidades y capacidades técnicas y personales del trabajador.

• Establecer descansos periódicos o pausas adecuadas.

• Fijar metas parciales de desempeño y definir de forma adecuada los roles de los puestos de trabajo.

• Analizar los puestos de trabajo para definir bien el perfil necesario y para optimizar las tareas a realizar.

• Dar la formación teórica y práctica a los trabajadores para que se adecuen al perfil del puesto de trabajo desempeñado.

• En los puestos de oficina aplicar medidas para evitar interrupciones constantes y distinguir entre lo urgente y lo importante a la hora de organizar el trabajo diario.

• Cuidar las condiciones ambientales del entorno de trabajo.

• Fomentar entornos de trabajo éticos y adecuados libres de cualquier tipo de acoso.

Puedes solicitar una sesión individual gratuita para conocer cómo funcionan las sesiones de coaching y cómo te pueden ayudar a volver al punto de equilibrio y evitar la fatiga mental.